Se habla del #MayoCelíaco porque el 5 fue el Día Internacional, el 27 se celebra el nacional y tanto empresas como medios de comunicación aprovechan estos días para dar visibilidad a esta enfermedad de la que se calcula que el 75% de los afectados aún no están diagnosticados. Al tratarse de un problema digestivo que solo se soluciona con una dieta específica -y necesariamente estricta-, la mejor forma de ponerles el terreno fácil a los que la sufren es que el mayor número de personas, en especial hosteleros, estén concienciados y sepan gestionar la visita de un celíaco sin que acabe indispuesto o en el hospital…
Lo que antes se limitaba a unas pocas cadenas u obradores aislados, ahora es un mar de opciones con sabores internacionales y platos llenos de sabor casi impensables hace unos años. Madrid está repleto de alternativas como Conlaya, un cántabro en el que chuparse los dedos y mojar pan sin gluten; el nikkei Kena, de Luis Arévalo, que preparará un menú especial para la ocasión, al igual que el Restaurante Sandó, muy comprometido con los celíacos y la Taberna Gaztelupe, un clásico de la gastronomía vasca en la capital. En La Barra de Sandó, en la plaza de Santo Domingo; Los Galayos en plena Plaza Mayor; u Oribu, un sorprendente restaurante con base asiática en el 10 de Barquillo, también tienen muchas especialidades sin gluten, como la Cazuelita de callos a la madrileña de los primeros, el Cochinillo de Espirdo asado del segundo o las Zamburiñas del Pacifico al carbón, sofrito clásico, flor de wasabi e Ikura del último. El recién abierto Oceanika, donde cada visita está llena de diversión, sorpresa y sabor, o el ya más que conocido entre los celíacos New York Burger, que tendrá una hamburguesa especial con rabo de vaca en su local de Miguel Ángel, tienen también su carta habitual repleta de opciones libres de gluten durante todo el año. En la ecotienda La Huerta de Almería se puede disfrutar de un rico zumo, batido o smoothie repleto de vitaminas y llevarse la compra hecha a casa. Y para los que sean de León o pasen por allí, no pueden dejar de visitar Delirios, la genial locura de Javier Rodríguez a la sombra de la catedral, que pone mucho amor y nada de gluten a gran parte de sus recetas de autor.