Los ‘gatos’ madrileños la llamaban “el pavo de la huerta”, plato típico donde los hubiera, sobre todo en la capital. De ahí que en muchas casas se consuma en Navidad. De origen mediterráneo, se sabe que ya la cultivaban los egipcios y que los griegos y los romanos no sólo se la comían, sino que se usaba como remedio para diversos males en forma de cataplasma. Y no nos debe extrañar, porque la lombarda tiene muchísimas cualidades: desde acción antioxidante y hasta se dice que propiedades anti-cancerígenas gracias a su variedad de vitaminas.
Este alimento aporta muy pocas calorías, entre 20 y 25 por cada 100 gramos, lo que se debe a su bajo contenido en hidratos de carbono y en colesterol, y que está compuesta sobre todo de agua y fibra. Asimismo, aporta multitud de vitaminas, destacando la C, además de B1, B2, B3, B5, B6, B7 y B9, E, K y beta-carotenos. Por si eso no fuera suficiente para poner un huerto con ellas, también cuenta con selenio –que protege el corazón y reduce la tensión-, potasio y azufre –que le dan propiedades diuréticas-, fósforo, magnesio, calcio, yodo, zinc y hierro. Toda una potentada del mundo vegetal y… ¡a veces olvidada en las cocinas!
Pero es que el listado de ventajas no se acaba ahí, la col morada (como también se la conoce) contiene isotiocianatos, que se han relacionado con propiedades anti-cancerígenas; y flavonoides -como la quercetina y las antocianinas-, sustancias que cuentan con una importante acción antioxidante, ayudan a nuestro sistema inmune y además le dan su famoso color.
Esta hermana del repollo es buena para la vista ya que protege la retina; y es un antiácido natural así que resulta ideal para tratar ciertos problemas estomacales. Como todas las coles, esta es también rica en ácido fólico por lo que es beneficiosa durante el embarazo y durante la menopausia. Y una característica que la hace perfecta para su consumo en todas las épocas del año es que su cultivo no es muy exigente y no necesita especial cuidado en cuanto a luz, agua o tipo de suelo.
Cremas, ensaladas, en batidos, cocida, gratinada… La lombarda ofrece múltiples posibilidades de ser cocinada y sus beneficios son tantos que es más que recomendable hacerlo, de hecho. ¡Además, su vivo color morado da a los platos un toque estupendo!
Pues pese a tantos beneficios y posibilidades, parece uno de esos alimentos abandonados en muchas cocinas… Que no cunda el pánico que hemos encontrado unos cuantos restaurantes en los que la preparan a las mil maravillas. En Bacira ofrecen estas Navidades un menú de degustación llamado ‘Sabores navideños’ en el que cuentan con Cordero a baja temperatura con lombarda, ciruelas y piñones con tartar de fruta escarchada. En Ponzano podemos encontrar lombarda cocida y rehogada con ajos y pimentón acompañando algunos de los platos más famosos de la casa. En El Zorzal tienen una receta exquisita en carta: Corvina asada al carbón con lombarda estilo chucrut, salsa unagui y mousse de coliflor; y en Delirios, en León, preparan su magnífico cochinillo con esta hortaliza tan polifacética.