- Esta nuevo restaurante trae a Madrid todo el sabor castellanoleonés con su buen hacer y sus 35 años de experiencia en la casa madre, Estrella del Bajo Carrión
- El mejor producto ‘de siempre’ y una forma cercana, y muy personal, de entender la hostelería conforman su carácter
Madrid, julio de 2013
Desde Villoldo (Palencia), llega a la capital una ‘estrella’ para enamorar a todos los madrileños y los palentinos con morriña. Y es que acaba de abrir sus puertas Villoldo (Lagasca, 134. Madrid. Tel. 910 224 552), la ‘delegación’ del mejor restaurante-hotel de Palencia, Estrella del Bajo Carrión (www.estrellabajocarrion.com), que lleva 35 años elaborando las recetas ‘de siempre’, con una excelente materia prima y un cariño maternal que se aprecia en el paladar. A partir de ahora ese mimo y buen hacer se pueden sentir también en Madrid, gracias a esta nueva ‘casa de comidas’.
Y es que las hermanas Pedrosa llevan toda una vida trabajando para convertir su restaurante en un referente de la cocina castellana. Una experiencia en hostelería y hospedaje que avalan su buen hacer, una sabiduría única que hoy trasladan a la capital y que, sin duda, llenará el emblemático Barrio de Salamanca con ese afecto y calidez que tanto les caracteriza.
Una de ellas, Pilar, y su hijo Alfonso Fierro, colaboran juntos en los fogones, donde nace una parte muy importante de la personalidad de este establecimiento, que a la vez es la suya propia, porque cada plato habla por sí solo, cada receta tiene una bonita historia detrás, y el origen de los productos es casi una fábula. Ellos mismos seleccionan todos los ingredientes, van de pueblo en pueblo a buscarlos para acercar a su clientela lo mejor que la tierra nos ofrece. Y es que Villoldo sólo trabaja con pequeños proveedores, que puedan garantizar al 100% la frescura y sabor del producto. La misma Pilar embota y crea su despensa de confianza, con un abastecimiento de máxima calidad que utiliza para toda la temporada. Anselmo Fierro, el hermano de Alfonso se encarga de transmitir, a través del trato directo con los clientes, los mismos valores que se respiran en la cocina. Por eso el servicio es cercano, atento e invita a quedarse para disfrutar de esa forma tan especial que esta ‘casa de comidas’ tiene de entender la hostelería.
La carta de Villoldo, esa en la que todos los platos son apetecibles y no se sabe cual elegir, resume la culinaria de la extensa comunidad de Castilla y León, con propuestas como Cecina de vaca de Astorga con rúcula y lascas de queso viejo zamorano; ensaladas y verduras que ofrecen lo mejor de la tierra y el mar, como Verduras a la brasa con huevo de corral a baja temperatura y chorizo de matanza o Ensalada de bonito del norte embotado en casa con tomates y pimientos. ‘De la casa de siempre’ llega su especialidad, Alubias blancas viudas de la Vega de Saldaña, elegidas minuciosamente, que no se pueden dejar de probar. La carne procede de piezas cuidadas y alimentadas por ganaderos particulares, así, el cochinillo, el lechazo churro y la ternera mantienen el sabor y la naturalidad de su crianza. Entre los pescados se puede elegir ‘el del día’ o su Merluza en salsa verde, como siempre o los Chipirones en su tinta rellenos de sus patas, jamón y huevo, que llegan todas las semanas desde Santander. Y para finalizar dulcemente, el Tocinillo de cielo al estilo de Villoldo con helado de coco y piña caramelizada será la opción perfecta.
El ambiente es de lo más acogedor. Una decoración sencilla, con mimo, al igual que sus recetas, con detalles que recuerdan a Villoldo, como fotos de sus paisajes. Cada almuerzo o cena se convierte en una experiencia única, combinación perfecta de su excelente producto y servicio. Porque esta casa quiere ‘dar de comer’ su propia historia, su filosofía; y que en la cara de sus comensales se refleje. El local tiene capacidad para 36 comensales y un semi reservado para 12-14 personas. El precio medio es de 35 – 40 € por persona El horario es de 13:30 a 16:00 y de 20:30 a 23:30. Cierra los domingos.