Mucha hambre, mucha competitividad, mucho esfuerzo y a veces poco cerebro, es lo que hace falta para romper grandes récords como estos, pero es que hay tantos que no nos caben en un solo post así que nos guardamos una segunda ‘hornada’ para seguir sorprendiéndoos, dándoos hambre o haciéndoos llorar pensando en vuestros ahorros. Y además es que estamos en todos los listados porque los españoles somos muy cabezotas y cuando nos ponemos… nos ponemos, ¡más aún si se trata de comida!
Los más comilones
Precisamente mañana se celebra en Nueva York el concurso nacional de comer perritos calientes. Y es que dentro de las actividades organizadas con motivo del Día de la Independencia, los hotdogs no podían faltar. Esta competición que se lleva realizando desde 1972 tiene un imbatible ganador desde hace varios años, Joey ‘Jaws’ (mandíbulas) Chestnut, que batió su propio récord en 2018 al comerse 74 perritos en 10 minutos. Cada año miles de personas presencian este evento en el que se pasan por el forro la operación bikini y seguramente luego gasten mucho en detergente. (Si alguien supera a ‘Jaws’, mañana actualizamos el post, va…).
Un poco más de tiempo invirtió otro americano -ellos todo lo hacen a lo grande-, en comerse ¡¡30.000 Big Mac!!. Pero tranquilos, estamos hablando de hamburguesas a lo largo de su vida. Porque Don Gorske, un jubilado de Wisconsin que prefiere ir al McDonald’s antes que contemplar obras, tiene el récord Guinness y claro, cada año se supera él mismo. Empezó en 1972 y ha ido recopilando tickets y fotos que lo acreditan y que le hacen poseedor de tamaña proeza que parece una ofrenda a la Virgen del Colesterol. Nos hemos tomado la libertad de hacer una pequeña cuenta, los 30.000 Big Mac suponen 7.710.000 calorías. No estamos seguras de cuántos años más podrá renovar el título a ese ritmo… Continuamos para los que, como Don, TODAVÍA no hayan infartado.
Pero queridos amigos, estamos orgullosas de anunciar que el récord de comer croquetas no ha sido capaz de arrebatárnoslo nadie por lo visto. ¡Uh, ah! Y hasta que los señores de Guinness digan lo contrario, lo ostenta un vasco -era previsible-, desde el año 1936. Un señor con el inspirador nombre de Patxi Bollos aseguró haberse comido 236 croquetas y también dijo que después cenó. Palabra. El bueno de Patxi era el encargado de llevar la comida a un banquete, no se sabe si el pobre se aburrió, le pilló atasco o qué, pero acabó con toda la remesa de croquetas. ¿Realidad o ficción? Nunca lo sabremos a ciencia cierta pero internet está lleno de reseñas sobre este señor al que llevaremos siempre en nuestros corazones.
Cosas grandotas
La hamburguesa más grande del mundo se hizo en Pilsting, Alemania, en 2018 y pesó 1.164,2 kilos. Y no podía haberla hecho nadie más que Rudi Dietl, un hombre -con mucho tiempo libre y mucho dinero- obsesionado con cazar récords mundiales. Evidentemente se vendió a pedacitos y el dinero recaudado se donó a una fundación. Este caballero también tiene en su haber el título de haber hecho la pizza más grande del mundo, el algodón de azúcar más alto y el cambio de llanta más rápido. Gente ociosa en Alemania también hay, sí.
Realmente el récord de Pilsting fue un evento puntual, pero en el restaurante Mallie’s Sport Grill & Bar, en Michigan, venden al público diariamente -bueno, si alguien la pide, pero ellos, en carta, la tienen-, la Absolutely Ridiculous Burger. Pesa 816 kg y cuesta la friolera de 10.000 dólares… Con esos precios, casi se te quitan las ganas de comértela. También tienen de postre un helado de casi 6 kg por 30 dólares. El final perfecto… de tu vida.
Pero dejémonos de ‘americanadas’ y vayamos al producto nacional, que hay mucho y muy bueno. Y es que aquí se han conseguido récords muy llamativos. Por ejemplo, el 7 de octubre se batieron dos en Torrijos: el mayor plato de jamón cortado a mano y la mayor concentración de cortadores profesionales del ídem. ¿Dónde iba a ser sino en España? Media tonelada de felicidad que se consiguió en poco más de dos horas. Menos mal que el jurado llegó para certificarlo antes que Patxi…
Sevilla -aparte de un color especial- tiene un récord curioso: la barra de tapas más larga del mundo, con 600 metros, que unió la Torre del Oro y el Puente de San Telmo con el Puente de Triana. En ella se vendieron más de 45.000 aperitivos y ¡menos mal que había más de 300 camareros para atenderla! También León entró en el libro Guinness con la mayor cantidad de cecina cortada a mano, ya que se alcanzaron los 283 kg dispuestos en una superficie de 80 metros cuadrados en la Plaza de la Catedral. Por su parte, Ciudad Real superó a los franceses cocinando el pisto más grande del mundo con 1.254 kilos. Se utilizaron 1.700 kilos de pimientos, 700 de tomates, 350 de magro de cerdo, 125 litros de aceite de oliva virgen extra y 21 kilos de sal. Nuestros vecinos del norte ‘solo’ habían hecho 563 kilos de ratatouille (lógicamente es la misma categoría) en Eurodisney… y conste en acta que lo cocinaron humanos, no ratillas.
Prepara tu bolsillo
El caviar es uno de los productos que más nos evocan el lujo gastronómicamente hablando. Y la firma ‘Almas’ se lleva la palma -y el récord claro-. Cada lata, que encima es de oro de 24 quilates, cuesta unos 25.000 dólares, y es así de caro porque proviene de unos exclusivos peces esturión beluga iranís del Mar Caspio de 70 años. Otro ejemplo sorprendente es el kebab más caro, obra del chef británico Andy Bates, que cuesta 1.200 euros. Lleva pan de pita con una infusión de azafrán, yogur de pepino, infusión de champagne Krug, pimientos scotch bonnet, oro comestible y cordero de lechal de los Pirineos. Por si después del kebab te sobra algo de calderilla, te proponemos este helado de postre de solo 25.000 euros: el Frozen Hot Chocolate del Serendipity de Manhattan. Lleva 28 tipos de cacao, 5 gramos de oro comestible de 23 quilates, trufas, un brazalete de oro de 18 quilates, un diamante blanco y una cuchara de oro para poder degustarlo como debe ser. ¿Os imagináis que te ponen una de plástico?
Por su parte, Sublimotion lleva años coronándose como el restaurante más caro del mundo. El local ibicenco de Paco Roncero es todo un espectáculo para los sentidos y el show se paga a 1.650 euros por persona. Solo tiene un menú y solo una mesa con 12 puestos. Pues nada, empieza a jugar los Euromillones desde ya o vete metiendo un euro en una hucha y solo tardarás cuatro años y medio en reunir el precio de la cena. Del vuelo y el hotel ya hablamos en otro momento…