Este manjar de temporada es, como dicen desde la Diputación de esta provincia, “uno de los productos hortícolas genéricos más valorados en la gastronomía palentina. Su calidad sólo se basa en la difícil y extrema climatología y en su recolección precoz. El secreto de este guisante es su lento crecimiento, en las frías primaveras, y su recolección manual cotidiana, en pleno proceso de formación del grano y acumulación de jugos, antes de que alcance su máximo grosor y “se pongan ceroños”, duros, hollejudos y ligeramente amargos…”
En Estrella del Bajo Carrión (Mayor, 32. Villoldo. Palencia. Tel. 979 82 70 05. www.estrellabajocarrion.com) y en su sucursal madrileña Villoldo (Lagasca, 134. Madrid. Tel. 910 224 552. www.villoldomadrid.com) lo conocen muy bien, por eso, hasta que acabe la temporada (la huerta palentina es impredecible), en ambos restaurante proponen entre sus sugerencias: Guisante de Palencia con crema fina de patata y huevo poché. Una receta sencilla en la que el guisante -inmaduro, pequeño, jugoso, muy dulce y con un finísimo hollejo apenas perceptible- se guisa previamente con cebollas tiernas y el resultado es… ¡delicioso!.