la posada de pradorey
Construida por encargo del Duque de Lerma en el año 1601 como un palacete de caza de estilo herreriano para el rey Felipe III -ubicada a solo 2 km de la bodega Pradorey- es hoy en día uno de los alojamientos más singulares y recomendados de la zona, con 18 habitaciones ideales para descansar y desconectar, por ejemplo tras una jornada de enoturismo. Un plan que ahora se vuelve más irresistible que nunca con su nueva propuesta gastronómica. En los fogones de este histórico edificio está Ricardo Martín que propone una cocina de temporada con una oda al producto local con elaboraciones clásicas y una presentación actual. Y no, en plena Castilla no vamos a comer ni morcilla, ni chuletillas, ni lechazo al horno. En la carta destacan elaboraciones como: Trucha arcoíris con velouté de tomillo y romero, verduras glaseadas y crema de zanahoria, Lomo de ciervo en costra de especias, crema de maíz, pétalos de remolacha y reducción de vino tinto, o Pularda rellena de higos y foie con falso risotto de setas y reducción de vino tinto. También hay opciones más informales como las cremosas croquetas, la hamburguesa de lechazo o el sándwich campero. En el paraíso goloso destaca la Pannacota de chocolate blanco, coulis de frutos rojos y mango. Para beber, alguno de los 17 vinos de Pradorey. El restaurante abre a diario y además de la interesante carta sirven un completo menú degustación con 5 pases por 50 € y un menú del día por 20 €. Su enoturismo se vuelve así más irresistible que nunca y el plan perfecto sería: paseo por la finca, visita a la bodega, cata de tres referencias, disfrutar de su cocina y dormir en esta histórica posada… ¡Lo que viene siendo un planazo!